Una persona especial
Todo el mundo, en un momento u otro de su vida, ha conocido a una persona especial.
Y casi todos hemos cometido el mismo error: dejarla escapar.
Lo peor es que, casi siempre, nos damos cuenta de ello cuando ya es demasiado tarde. Es decir, cuando ya se ha ido o cuando ya no hay posibilidad de que vuelva.
Si tú también has dejado escapar a una persona especial, me alegro de que hayas dado con este artículo. Tal vez te ayude a hacer las cosas mejor la próxima vez.
¿Quién es una persona especial?
Una persona especial es aquélla que saca lo mejor de ti. Es la persona que te hace reír, que hace que te sientas cómoda y que te permite ser tú mismo de forma natural.
Una persona especial es aquélla que te comprende, que te escucha y que está ahí cuando realmente lo necesitas.
Una persona especial es aquélla que aparece en el momento justo y en el lugar adecuado para ayudarte a cumplir un propósito o seguir creciendo.
Y, en general, una persona especial es aquélla que te ama, que te aprecia y que quiere lo mejor para ti
Por ello, una persona especial puede ser tu pareja, pero también puede ser un amigo, un padre o una madre, alguien que cambió tu forma de ver la vida o, simplemente, alguien que apareció como por arte de magia cuando las cosas se pusieron feas.
Una parsona especial puede aparecer en el momento menos esperado.
El primer error que solemos cometer
Desgraciadamente, al igual que solemos hacer con la salud, el dinero o el amor, acostumbramos a NO valorar esas personas especiales hasta que las perdemos.
Somos tan poco agradecidos que, cuando tenemos todo lo que necesitamos, tendemos a pensar que eso es lo normal, que es lo que nos merecemos y que, en último término, es lo que nos corresponde por derecho.
Y no es así.
En cualquier momento, podemos perderlo todo. Y, en cualquier instante, las cosas pueden cambiar para siempre. De hecho, la vida es un juego imprevisible y mutable donde nada permanece eternamente.
Mañana puedes tener un accidente que te acabe postrando en una cama. En cualquier momento, un percance puede dejarte completamente arruinado. Y puede también que, cuando menos te lo esperes, tu ser más querido se vaya de tu lado.
Todos hemos experimentado un cambio de este tipo. Y sólo en ese momento nos damos cuenta de lo rápido que puede cambiar todo.
A rey muerto, rey puesto. Otra persona especial aparecerá
Resulta muy fácil acostumbrarse a las personas especiales. Nos hacen sentir bien, nos hacen sentir grandes, y sacan lo mejor de nosotros. Por tanto, tenerlas cerca nos mantiene en nuestra zona de confort, un confort que –como te dije antes– acabamos dando por sentado y percibiendo como un derecho que nos corresponde por decreto.
Finalmente, acabamos asumiendo que esa persona especial siempre va a estar ahí, pase lo que pase. Y, a veces, es aquí donde empiezan los problemas; puesto que, en ese momento, dejamos de valorarla y prestarle la atención que se merece.
Pero las personas especiales, al igual que nosotros mismos, necesitan de forma continua ser atendidas, ser valoradas y, por supuesto, ser amadas.
Desgraciadamente, no siempre nos damos cuenta de ello y, entonces, en lugar de cambiar nuestra actitud y cuidarlas como se merecen, las dejamos escapar o se van de nuestra vida.
Finalmente, para consolarnos, nos decimos aquello de que: “hay muchos peces en el mar”.
Una persona especial es irrepetible
Pues te voy a decir una cosa, estás muy equivocado.
Sí, es cierto que hay muchas personas en este mundo, más de las que nunca podrás llegar a conocer. Pero personas especiales hay muy pocas.
Las personas especiales llegan a tu vida en el momento y el lugar adecuado. A veces a cuenta gotas. Y, casi siempre, cuando menos te lo esperas, NO cuando tú quieres que aparezcan.
Por tanto, cuando una llega a tu vida, harías bien en saber identificarla, valorarla y cuidarla. Si la subestimas, la pierdes o la echas de tu vida, es posible que tardes años en encontrar otra. O tal vez nunca porque, de hecho, no hay otra igual.
Una persona especial es única e irrepetible, así que ¡Cúidala como se merece!
¿Qué hacer cuando encuentras a una persona especial?
No me malinterpretes.
No te estoy diciendo que te aferres a nadie. Tampoco te estoy diciendo que insistas en retener a una persona que quiera irse de tu lado; ni que te desesperes cuando una relación se termine.
Obviamente, si alguien deja de respetarte, debes irte. Si una pareja se vuelve tóxica, debes separarte. Y si una amistad deja de ser sana y verdadera, debes dejarla ir.
Como te dije antes, en la vida todo puede cambiar rápidamente. Un gran amigo puede dejar de serlo en cualquier momento, de la misma forma que un amor puede llegar a su fin cuando menos lo imagines. Las personas, al igual que llegan en el momento adecuado, también se van en el momento adecuado para que puedan seguir su camino, y tú el tuyo.
Sin embargo, todo lo que te aporta, lo que te da o lo que te hace sentir esa persona especial es algo que sólo vas a experimentar de la misma forma con ella, y con nadie más.
Por ello, cuando estéis juntos, cuídala, valórala y aprovecha al máximo cada uno de los instantes que compartáis. En otras palabras
Aprovecha cada instante con esa persona especial
Disfruta de cada encuentro con tu madre, de cada conversación con tu padre y de cada logro que compartas con tus hijos.
Saborea cada beso que le des a tu pareja, cada abrazo que recibas de un amigo, y cada momento de risas o lágrimas que vivas con las personas que te rodean.
Aprovecha cualquier conversación con un desconocido en la calle, cualquier gesto de buena voluntad que alguien te regale o cualquier interacción que te permita ser quien de verdad eres.
Y, cuando sea necesario, suelta, deja ir. Da libertad o permítete ser libre para empezar otra vez de cero con otras personas. Porque, a veces, la vida nos lleva a despedidas y a separaciones que hay que afrontar para seguir creciendo.
Pero no alejes de ti a una persona especial por no haber sabido apreciarla, valorarla o mimarla como se merece. Tal vez no encuentres otra igual.
No eches de tu vida a una persona especial pensando que vas a encontrar a otra cuando tú lo decidas o lo necesites. Tal vez mueras buscando en vano lo que un día rechazaste.
No dejes ir a una persona especial sin antes haber aprovechado cada instante y cada experiencia para crecer ambos al máximo como personas.
Y no dejes escapar nunca una oportunidad, una conversación o una buena acción pensando que podrás recuperarla en otro momento. Es posible que ese día nunca llegue.
Porque las personas especiales son tesoros. Y los tesoros no abundan.
Articulo tomado de la pagina https://viajealaesencia.com/